¡Hola, sobrino! Ya los capos en economía y política han desmenuzado cada palabra de la presidenta en su largo Mensaje a la Nación, pero ahora quiero concentrarme en la pobreza y el hambre, dos problemas que nos duelen en el día a día y ahora afectan a más personas.
Con pesar, hemos conocido que más de 7 millones de peruanos en zonas urbanas viven en pobreza. Y esto no es de ahora. Desde el 2017, la pobreza urbana viene subiendo y la pandemia solo empeoró la situación. La presidenta anunció que van a entregar platita cada dos meses a los hogares en extrema pobreza, pero aún estoy incrédulo. No hay detalles ni garantía de que el dinero llegue a mis sobrinos más necesitados.
También dijeron que habrá más presupuesto para los comedores populares y las ollas comunes, que han estado más vacías que nunca en los últimos meses. ¿Qué toca? Asegurarnos de que todas estas medidas, finalmente, no queden en floro. De eso ya hemos tenido bastante.
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