Tanto hombres como mujeres atravesamos por cambios corporales a lo largo de la vida. En el caso de la mujer, a partir de los 40 años, las alteraciones hormonales pueden generar impactos mucho más intensos que en cualquier otra etapa, comparada con el varón.

El menor nivel de estrógeno produce cambios que afectan el peso, reduce la musculatura y su tonicidad, afecta la memoria, el estado de ánimo, la piel y la masa ósea.

Para minimizar estos efectos incluir alimentos fuente de estrógeno (la soya y el aguaje) y suplementos. Además, asegurar las fuentes de calcio como la bebida de soya enriquecida con calcio, yogures, así como vitamina D presente en champiñones. El omega 3 del pescado, algas y suplementos son de ayuda para la función cerebral y se ha observado que la ginkgo biloba puede ser de utilidad.

Finalmente, para reducir la ganancia de peso y la pérdida de musculatura se debe realizar ejercicios de fuerza y trabajo cardiovascular.

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