El bebé nace con la capacidad de succionar para lactar eficientemente. A medida que va creciendo domina mejor la musculatura oral y, hacia el sexto mes, está preparado para deglutir alimentos en consistencia de puré espeso.
Asimismo, a medida que van pasando los meses, avanza también la habilidad de masticar y tragar, sin embargo, esta puede no desarrollarse si se alimenta de puré más tiempo de lo necesario.
Al octavo mes, la alimentación con consistencia de puré debe pasar a machacado y, hacia el noveno mes, pueden haber algunos alimentos suaves en trozos pequeños para ejercitar cada vez más la masticación. Cuando el pequeño cumple un año ya puede comer de la olla familiar.
No pasar por esta progresión puede ser motivo para que el bebé de un año no acepte alimentos crocantes como frutas y verduras frescas o alimentos que demanden masticar más tiempo. Estas limitaciones pueden afectar su nutrición y favorecer el estreñimiento por falta de fibra dietaria.
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