Cuando el joven o adolescente muestra señales de restricción y selección de alimentos, inapetencia, malos hábitos o despreocupación por lo que come, los padres de familia debemos conversar con ellos y explicarles porqué es importante su nutrición. Pero, sobre todo, darles la seguridad de que una adecuada alimentación no elimina la posibilidad de alcanzar objetivos como una buena figura física, belleza o tonicidad muscular.

Para el adolescente es necesario obtener de los alimentos todos los nutrientes, en especial, suficiente calcio, hierro, zinc, proteínas, complejo B, omega 3, fibra y carbohidratos complejos (fuentes de almidones no procesados), ya que en esta etapa aún crecen y desarrollan.

Es dable que, a medida que gana independencia y se hacen más maduros y responsables, el joven o adolescente muestre tendencias por estilos de alimentación, pero se debe asegurar que cubran sus requerimientos nutricionales y, muchas veces, la asesoría de un profesional es necesaria para contar con herramientas adecuadas sobre el manejo de la dieta y asegurar que haya balance.

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