Magaly Moro

Teresa (33 años, Santa Anita). Doctora Magaly, creo que ha pasado suficiente tiempo para que todos nos acostumbremos al uso de la mascarilla. Sin embargo, Mauro, mi enamorado desde hace tres años y medio, sigue renegando por el hecho de tener que ponernos este accesorio para salir a la calle.

Siempre criticó esta medida, pero sus padres y yo le hicimos entender que era importante, por eso la usó durante estos dos últimos años. No obstante, desde que el Gobierno dispuso que el uso de mascarillas será facultativo en las regiones que superaron el 80% de aplicación de la tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19, él ha optado por adelantarse y salir sin tapabocas. “Nadie me dirá nada. Si ya van a fiestas y están sin mascarillas, es lo mismo. Realmente es por las puras”, me sustentó cuando le pedí que se pusiera una en el parque.

Hasta el momento, gracias a Dios, no hemos tenido ningún problema. Yo soy una persona muy temerosa con el tema del virus, porque perdí a mis dos abuelos paternos y a un primo en esta pandemia. Sé lo peligroso y mortal que es el COVID-19 en el cuerpo humano, pero siento que Mauro no entiende mi preocupación.

Hace unos días, cuando vino a visitarme, me dijo no usó la mascarilla ni en el Metropolitano porque se ahogaba. Automáticamente, lo invité a retirarse. “Puedes contagiarte y traer el virus a mi casa. Eres un irresponsable al hacer eso, sabiendo que vivo con mis padres”, le grité. La verdad, no sé cómo hacerle entender que debe cuidarse. ¿Qué hago?

Ojo al consejo

Querida Teresa, entiendo el punto de vista de los dos. Te recomiendo tener una conversación profunda con él y explicarle la razón de tu miedo, además de la importancia de respetar las medidas. El virus ha disminuido su contagio, pero no se ha extinguido. Si realmente te ama, comprenderá tu preocupación y buscará que estés tranquila. Mucha suerte.