Magaly Moro

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Horacio (33 años, San Bartolo). Estimada señora Magaly, ayúdeme, por favor, necesito que me diga qué hacer.

Mi esposa María siempre ha sido una amante de los animales, sobre todo, de los gatos. En casa ya tenemos cinco, todos de diferentes edades. Tres de los felinos fueron adoptados por ella de un albergue hace algunos años. Los otros dos los recogió de la calle cuando ya estábamos casados. Yo no me opuse. A mí también me gustan los michis. Además, consideré que era muy noble de su parte darle un hogar a esos gatitos.

Sin embargo, hace un par de meses, mi esposa nuevamente trajo a casa un gato. Me dijo que se lo había encontrado en el mercado y que lo había salvado del ataque de unos perros. Le dije que ya teníamos cinco gatos y que era imposible mantener los gastos de uno más. Ella me respondió que lo sabía y que por eso iba a colocar un aviso en que anunciaba que lo daba en adopción. Afortunadamente una vecina lo adoptó.

No obstante, hace unas dos semanas, una vez más María llevó a casa otro gato. Se lo encontró cuando pasaba por un parque cercano. Nuevamente le dije que tenía que darlo en adopción, pero ella me pidió que considere la posibilidad de quedarnos con el animalito. “Ya es adulto, nadie lo va a querer”, argumentó.

Doctora Magaly, no sé qué hacer con mi esposa y su amor desmedido por los gatos. ¿Qué me aconseja? Ayúdeme, por favor.

Ojo al consejo

Estimado Horacio, te recomiendo que hables con tu esposa sobre la real posibilidad de mantener otro gato más en casa. Efectivamente es muy noble lo que hace, pero hazle ver si podrán asumir los costos. Es necesario que ella esté plenamente consciente de eso. Nada pierden con colocar otro aviso. Hay personas que sí adoptarían gatos adultos. Pueden valerse de las redes sociales también.