Magaly Moro
Franco (33 años, San Juan de Lurigancho). Estimada doctora Magaly, acudo a usted para que me diga qué hacer.
Amo a mi enamorada. Su nombre es Renata. Tenemos tres años de relación. Durante este tiempo hemos enfrentado situaciones que nos han hecho crecer como pareja. Eso me hizo pensar que era la mujer perfecta para mí, por lo que tenía planeado formar una familia con ella. Sin embargo, ya no pienso lo mismo.
Hace un par de meses vi una terrible acción que no puedo borrar de mi cabeza. Mis padres viajaron a Huancayo por un mes y me pidieron que cuide a su perrito Luca. En realidad es mi mascota, pero vive con ellos. Yo vivo con Renata en un departamento.
Traje a mi perrito a mi depa. A mi chica no le gustó para nada tener a Luca en la casa, pero lo aceptó. No obstante, la convivencia no fue nada fácil para ella. Mi mascota es muy juguetona.
Un día que Renata llegó del trabajo muy cansada se echó en su cama e inmediatamente mi perrito se lanzó sobre ella aplastándole la barriga. Eso la enfureció. Vi cómo ella agarró un zapato y lo golpeó en la cabeza y en el lomo.
Luca aulló de dolor y salió corriendo de la habitación.
Renata inmediatamente salió tras el perro disculpándose. Lo alcanzó, lo abrazó y empezó a masajear las zonas en donde lo había golpeado. Esa reacción violenta me preocupa. Nunca la había visto así. Creo que realmente no la conozco. Doctora, ¿usted cree que mi relación aún tenga futuro?
OJO al consejo
Estimado Franco, considero que es necesaria una conversación sobre el tema con Renata. Lo ideal es que hables con ella para de esta forma aclarar tus dudas y despejar tu preocupación. Por la segunda reacción de Renata creo que se dio cuenta de que había cometido un error con tu perrito. Un exabrupto lo tiene cualquiera. Exprésale lo que sientes y tus temores.