Magaly Moro

Isabel (38 años, San Martín de Porres). Doctora Moro, me encuentro entre la espada y la pared porque amo a mi pareja, pero también amo no tener hijos. Lamentablemente, Adrián quiere ser padre. Él es 10 años mayor que yo, tiene 48.

Nosotros llevamos juntos 12 años y, desde un principio, le hice conocer que sería madre a una edad adulta. Incluso, congelé mis óvulos porque planeaba convertirme en mamá después de los 40, pero Adri no lo entiende. “Eres una egoísta, solo piensas en ti. Yo me siento un viejo decrépito y tú no quieres darme la mayor alegría de mi vida: un hijo”, me gritó en nuestra última discusión. Estaba tan ofuscado que no lo he visto desde hace más de una semana y lo extraño.

Señora Moro, amo a mi chico, no sé cómo me sentiría si lo pierdo, pero también siento un temor muy grande de traer a un ser a este mundo, especialmente si no es deseado. Además, yo veo que mis amigas reniegan con sus bebés, algunas incluso se sienten estancadas y no sé si eso también ocurrirá conmigo.

Mis padres están del lado de mi pareja y no hacen más que recriminarme que soy una “vieja” inmadura, solo porque me gusta viajar a menudo. Ellos también exigen un nieto. “Ya no estás en edad de hacer esas cosas, viajar es de jóvenes, mejor danos un angelito”, me dijo mi mamá cuando le conté esta situación.

En pocas palabras, me siento completamente sola. Recurro a usted porque confío mucho en su criterio y espero su consejo. Quedo atenta a su respuesta.

Ojo al consejo

Estimada Isabel, en una relación importa que ambos estén felices y, si amas mucho a tu pareja, lo que yo te recomiendo es que los dos cedan un poco y lleguen a un acuerdo que les dé tranquilidad con respecto a los hijos. Es lo más saludable.

Es caso Adrián no acepte nada y quiera que las cosas se den como él piensa, entonces deberás evaluar si seguir o no a su lado. Suerte.