No fue por mí al aeropuerto
No fue por mí al aeropuerto

Por:

magalymoro@grupoepensa.pe

Sofía (34 años, Barranco). Doctora, luego de leer todos sus casos del corazón, por fin me atrevo a escribirle. Lamentablemente he tenido que llegar hasta esta situación para animarme a enviarle una carta. 

Le cuento que Jesús es mi “saliente”; no tenemos nada formal, pero nos tratamos como enamorados. Bueno, el punto es que por motivos de un Congreso Internacional de Relaciones Públicas, yo viajé a Quito (Ecuador). Estuve ahí alrededor de 20 días y no vi a Jesús durante todo este tiempo, casi un mes, doctora. 

Lo extrañé muchísimo; no había momento en el que no pensara en él y le escribiera. Él también me respondía todos los mensajes. Sentí que me extrañaba, pero cuando le comuniqué que tomaría el vuelo de regreso, me dijo que le encantaría verme. Yo me emocioné demasiado; pensé de inmediato que me recogería en el aeropuerto, mas no fue así.

Señora Moro, a pesar de que le pregunté si iría y me aseguró que sí, cuando el reloj marcó las ocho de la noche, él nunca llegó. Yo ya estaba en el Callao con mis maletas, esperando un mensaje o una llamada confirmándome su llegada al aeropuerto; pero eso no ocurrió.

No me quedó más opción que buscar un taxi y me fui a casa con el corazón roto en mil pedazos. Durante el camino, lo estuve llamando, porque se me cruzó por la cabeza que quizás le había pasado algo grave; sin embargo, no respondió. Al día siguiente, me escribió al mediodía y me dijo que se quedó dormido temprano. Cuando le recordé que él me había prometido que iría, lo negó. ¡Eso fue el colmo! Doctora, no sé si creer lo que me dice. ¿Qué hago?

OJO CONSEJO: 

Querida, si ya no hay confianza en la “relación” que ustedes tienen, pues simplemente ya no hay nada. Lo mejor será que hables con él para aclarar todo. Suerte.

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