Como su nombre lo dice, tiene un efecto endulzante, es decir aportan sabor dulce a las comidas y bebidas, ya sea cuando uno mismo lo agrega directamente a la preparación o cuando es añadida a un alimento empacado o procesado de manera industrial.
Sin embargo, la utilidad de este producto no se limita al sabor dulce, sino a que puede ser un reemplazo a los endulzantes calóricos en personas con malos hábitos de consumo y cuya salud está siendo afectada por la ingesta azúcares en general. Este es el caso de pacientes con diabetes, pre diabetes, obesidad, resistencia a la insulina u otras comorbilidades en las que el consumo de azúcar añadida está contraindicada. Aún así, los edulcorantes no calóricos, asumidos muchas veces como sustitutos del azúcar, no deben ser considerados como tal.
Los edulcorantes no deben ser consumidos de forma regular por personas sanas ni con sobrepeso, sino como una herramienta que les permita reeducar sus hábitos, para luego proceder a eliminar su ingesta.
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