Magaly Moro

Javier (35 años, Breña). Estimada doctorcita Moro, sus buenos consejos son los que me motivaron a escribirle. Soy un joven con cierto éxito profesional, pero aún con el corazón solitario.

Tengo que confesarle que mi vida amorosa siempre ha sido un desastre. Todas las mujeres con las que tuve una relación amorosa, al final me confesaron que solo se fijaron en mí porque yo era como un chofer para ellas, ya que las llevaba con mi auto a donde querían. Por ejemplo, mi última pareja me engañó con su amigo y tiró por la borda todo lo que habíamos construido juntos solo porque no la pude llevar a la casa de su mamá, lo peor de todo es que no lo hice porque mi auto estaba en el taller.

Al principio, me preguntaba qué había hecho mal para que ella me traicionara, no podía entender su forma de actuar, pero me di cuenta que esta chica solo era una más en la lista de interesadas.

Le juro que estoy harto de esta situación. Veo a mis amigos de la universidad y del trabajo, que tienen casi mi edad, con sus familias e hijos, mientras yo sigo en la búsqueda de una buena mujer.

No sé si es una maldición la que tengo. No sabe cómo anhelo conocer a una señorita sencilla, trabajadora y educada para iniciar una amistad sincera y, más adelante, una relación.

Por favor, doctora Moro, necesito que me ayude, que me brinde alguna solución, mi corazón está cansado de sufrir. No soy un hombre malo, siempre he sido bondadoso con las mujeres que han formado parte de mi vida, solo necesito que me quieran por quien soy y no por lo que tengo, ¿qué hago?

OJO al consejo

Querido Javier, deja en el pasado esas malas experiencias amorosas. Enfócate en tu presente y futuro, estoy segura de que pronto aparecerá la mujer que se convertirá en tu compañera de vida. Cuando la tengas a tu lado disfruta al máximo ese momento y demuéstrale cuán importante es para ti. Todo pasa y el dolor no es eterno. Ten paciencia.